¿Qué son los problemas emocionales?
Para empezar, vamos a hablar de por qué las personas tienen problemas emocionales y qué son esos problemas.
Cuando un niño nace, no tiene una personalidad definida. La especie humana es la única que no transmite genéticamente las formas de comportamiento, excepto algunos reflejos (llorar, succionar, prensión). Si bien esto es cierto, también es la especie con mayor capacidad de aprendizaje. Ya desde el primer día un niño empieza a APRENDER: aprende a utilizar el llanto para pedir alimento, caricias, etc. Aprende a reconocer caras y expresiones, aprende a preferir tocar determinados objetos, etc.
Los niños siguen aprendiendo su forma de ser a través de la experiencia: en el colegio, familia, televisión, amigos… Este proceso de aprendizaje continúa día a día. Aprendemos siendo niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos.
La psicología ha demostrado que se puede aprender de varias formas:
- Aprendemos por ASOCIACIÓN: después de muchas veces en que una persona tiene ganas de orinar y va al baño, puede ocurrir que sólo entrar en el baño (por ejemplo, para peinarse) le produzca ganas de orinar. Lo que ha ocurrido es que la situación «baño se ha convertido en la señal del comportamiento de orinar. Este es el APRENDIZAJE POR ASOCIACIÓN O CONDICIONAMIENTO CLÁSICO.
- Aprendemos IMITANDO a otros. Un niño puede aprender a pintar viendo cómo su hermano lo hace. Esto es lo que se llama APRENDIZAJE POR MODELOS.
- Aprendemos aquellos comportamientos que nos causan placer o satisfacción. Un niño puede aprender a enseñar sus trabajos del colegio porque, cuando lo hace, sus padres le felicitan y le prestan mucha atención. Esto se llama APRENDIZAJE POR REFUERZO POSITIVO.
- También podemos aprender comportamientos que nos sirven para evitar o escapar de situaciones desagradables. Aprendemos a tomar un analgésico porque el tomarlo nos sirve ara eliminar (escapar) el dolor de cabeza. Es el APRENDIZAJE POR REFUERZO NEGATIVO.
Todos los comportamientos se aprenden por uno o varios de estos procedimientos: estamos con nuestros amigos porque lo pasamos bien (refuerzo positivo), evitamos situaciones o personas desagradables porque ese comportamiento nos elimina el malestar de tenerlos que soportar (refuerzo negativo), aprendemos a jugar al tenis, conducir, manejar un ordenador cuando alguien nos lo enseña (modelado), nos despertamos antes de que suene el despertador, tenemos hambre a determinadas horas (condicionamiento clásico).
Así como aprendemos comportamientos adecuados o que nos sirven para vivir cómodamente, también aprendemos comportamientos que nos hacen daño. Los mismos principios de aprendizaje anteriores rigen para estas conductas: un niño aprende a pegar al imitar a un compañero (modelado), aprende a no ir al colegio porque esto le libera de las duras tareas escolares (refuerzo negativo), aprende a hacer el «payaso» en clase porque los compañeros se ríen (refuerzo positivo), una persona aprende a tener miedo al ascensor porque un día asoció el malestar con la situación «ascensor» cuando quedó atrapado en él durante unos minutos (condicionamiento clásico), uno aprende a beber porque le sirve para hacer más amigos (refuerzo positivo), uno deja su coche sin desearlo para escapar del malestar de tenerle que decir a su amigo que no (refuerzo negativo)…
Así pues, aprendemos a tener miedo, tristeza, enfado, adicciones y cualquier otro problema emocional.
Los PROBLEMAS EMOCIONALES son conductas aprendidas que nos perturban, que no nos sirven para vivir felizmente.
Cuando una persona tiene una fobia, una depresión, un problema emocional, no es porque esté enfermo, loco o acomplejado, sino simple y llanamente porque ha APRENDIDO a comportarse de esa forma.
De la misma manera y siguiendo los mismos principios del aprendizaje, una conducta puede DESAPRENDERSE y ser sustituída por otra.
En esto consiste la Psicología cognitivo conductual: enseñar a desaprender conductas que nos hacen daño y aprender nuevas conductas que nos ayudan a vivir mejor.
Entonces, ¿qué son las conductas?
Fragmento extraído de «¿Podría ayudarme un psicólogo?» de Juan Sevillá y Carmen Pastor.