Miedos y fobias

fobias

¿Qué son las fobias?

Las fobias son un miedo intenso y desproporcionado que no se corresponde con el peligro real que representa el objeto o situación. En la práctica, se trata de una respuesta exagerada de miedo que a la persona le resulta difícil o imposible controlar.

Existen diferentes fobias:  a las alturas, a los animales, al agua, a la oscuridad o incluso a tragar. Si padeces una fobia, lo usual es que experimentes una gran ansiedad cuando te encuentres ante el objeto o la situación fóbica, a pesar de que eres consciente de que no representa un peligro real para tu vida. Sin embargo, en algunos casos esa angustia puede ser tan grande que termina provocando un ataque de pánico.

Las fobias normalmente aparecen en la adolescencia y la juventud, aunque también son frecuentes en la tercera edad.

Se estima que una de cada diez personas sufre algún tipo de fobia. Solo en España, el 3,5% de la población padece alguna fobia específica, un problema más frecuente en las mujeres.

Son comunes la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), y la aerofobia (miedo a volar), también las fobias a los animales están muy difundidas.

Curiosamente, en los hombres suelen ser más común la hematofobia (miedo a la sangre) y la dentofobia (fobia al dentista).

Causas, síntomas y consecuencias

La mayoría de las fobias están causadas por la huella que ha dejado un evento traumático, ya provenga de la niñez, la adolescencia o incluso la adultez. De hecho, muchas de las personas que padecen zoofobia han sido víctimas del ataque de un animal y muchos de quienes sufren claustrofobia se han quedado atrapados alguna vez en un ascensor o en una habitación pequeña sin poder salir.

Estas experiencias se han quedado grabadas profundamente en el cerebro, así como las sensaciones negativas que se vivieron, por lo que cuando la persona vuelve a exponerse a situaciones similares, revive esas sensaciones, amplificadas por el miedo.

No obstante, la causa de las fobias no siempre se encuentra en una vivencia personal. Algunas personas, sobre todo si son muy sensibles, pueden quedar psicológicamente afectadas si han sido testigos de un accidente ajeno, o incluso por una noticia impactante.

Las fobias también pueden ser el resultado de determinadas creencias transmitidas durante la infancia y la adolescencia, generalmente por los padres. Por ejemplo, si un niño ha crecido pensando que es necesario mantenerse en un segundo plano y que no debe llamar la atención, puede desarrollar eritrofobia  (miedo a sonrojarse) o fobia a hablar en público. De hecho, determinados factores sociales aumentan las probabilidades de padecer una fobia, como la sobreprotección de los padres, el maltrato físico y el abuso sexual.

Tener una historia personal o familiar de fobias específicas o de trastornos de ansiedad también puede aumentar la vulnerabilidad de una persona a desarrollar un trastorno fóbico.

De hecho, existe una vulnerabilidad biológica determinada por la herencia. En este sentido, una investigación realizada en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia y publicada en la revista Psychological Medicine analizó la influencia de la herencia en diferentes fobias en 854 gemelos. Los resultados desvelaron que un 47% de las personas heredó la zoofobia mientras que un 46% heredó las fobias situacionales.

En realidad, no se trata de que exista un gen de la fobia, pero estas personas pueden heredar un sistema nervioso autónomo más lábil e inestable, que aumenta sus probabilidades de desarrollar una fobia específica. A esto se le suma que normalmente los padres transmiten ese miedo a través de la crianza.

Varios tipos de fobias

Claustrofobia

Miedo a espacios cerrados

Hematofobia

Miedo a la sangre

Amaxofobia

Miedo a conducir

Katsaridafobia

Miedo a las cucarachas

Aerofobia

Miedo a volar

Glosofobia

Miedo a hablar en público

Acrofobia

Miedo a las alturas

Cinofobia

Miedo a los perros