Duelo

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¿Qué es el duelo?

El duelo es un proceso muy duro por el que todos tenemos que pasar tras la pérdida de un ser querido, sin embargo, es un proceso natural que nos ayuda a entender que la persona que hemos perdido era alguien muy importante en nuestra vida, que cumplía una función especial y que seguir adelante sin su presencia va a ser algo realmente difícil. 

Entender esto nos va a llevar tiempo que transitaremos pasando por una serie de etapas o fases que nos ayuden a encajar la nueva situación, tenemos que elaborar cómo reestablecemos nuestra vida sin ellos, cómo recomponer todo a partir de ahora. 

Si bien la terapia psicológica, al igual que cualquier otro tipo de tratamiento, no puede evitar que sintamos dolor cuando vivimos estos acontecimientos, si nos ofrece un respaldo, acompañamiento y dirección a través de diversas técnicas, que cumplen el propósito de transitar el proceso con menor sufrimiento y, sobre todo, nos ayudan a poder encauzar y normalizar (hacer funcional) nuestra vida.

Fases, síntomas y ¿cómo superarlo?

La elaboración del duelo tras una muerte supone pasar por emociones dolorosas que constituyen las diferentes etapas o fases del duelo, pero estas emociones no se presentan de forma ordenada y muchas veces aparecen mezcladas unas con otras.

Para que puedas conocerlas te contaré a continuación cómo podemos sentirnos cuando pasamos por cada una de esas etapas: 

  1. Negación: la persona no acepta la muerte, puede entrar en estado de shock y sentir la sensación de que está viviendo un sueño o pensar que la persona va a aparecer en cualquier momento, puede haber una cierta sensación de irrealidad y las emociones se pueden bloquear. En esta etapa pueden aparecer síntomas de ansiedad como mareos, hiperventilación o insomnio y si la ansiedad llega a ser extrema pueden incluso producirse ataques de ansiedad.
  2. Culpa: la persona puede sentirse culpable por la muerte del otro o sufrir por “no haber hecho lo suficiente” o “por no haberse portado bien con el otro”, por ejemplo, sintiéndose culpable por haber provocado una discusión. 
  3. Desesperanza: en esta etapa la emoción principal es la tristeza al hacerse consciente de la pérdida. Este dolor nos hace conectar con un sentimiento profundo de soledad y vacío y podemos llegar a tener la sensación de que sin el otro no podemos vivir. 
  4. Rabia: Los sentimientos de frustración y de rabia cuando se produce una muerte son naturales, y es necesario hacer consciente esta emoción para no transformarla en rabia hacia nosotros mismos pues es cuando surge la culpa patológica. 
  5. Aceptación: cuando aceptamos la muerte es cuando podemos empezar a rehacer la vida. Cuando aceptamos que la otra persona ya no está no quiere decir que ya no nos duela o no la echemos de menos. Aprendemos a vivir si ella, aunque siempre nos quedará su recuerdo.